Justicia simulada

ANTIGUAMENTE, cuando los toreros no tenían desfiles sino pasodobles,al terminar el segundo tercio paseaba por el callejón un monosabio con un cartel que decía: «Autorizado el uso del estoque simulado». Se refería a que, durante la faena,el diestro podía llevar para ayudarse con la muleta un estoque de madera, que pesa poco, en vez del acero, que pesa más, puede saltar en un desarme del diestro y, tras varias vueltas en el aire,estoquear a un espectador, como pasó. Esto era en las plazas de postín, las que veíamos en la tele, porque en las de pueblo los diestros llevaban a cuestas siempre el arma que podía defenderlos del toro y hasta del público, fiera temible. Los viejos aficionados veían en el estoque de madera una blandenguería propia de la tradicional decadencia de la Fiesta.Y un anuncio de faenas largas y pesadas: si el matador lleva el estoque de verdad, puede entrar a matar fulminantemente tras dar tres tandas buenas, que no hacen falta más. Si no, mientras cambia la madera por el acero, se enfría el ambiente, se borra la faena, se amorcilla el toro y se aburre el público. El caso es que se sigue autorizando el estoque simulado, aunque no lo anuncien. Allá el matador.

Este aviso debería implantarse, sin embargo, en los juzgados, sobre todo en los casos de aristócratas del delito, sea por el aforamiento de innumerables políticos, sea por las aldabas del justiciable, llámese querido Emilio o queridísima Hija. En el juicio contra un tal Castro por atreverse a imputar a la Infanta, un ujier debería pasear, dentro y fuera de la sala este cartelón: «Autorizada la Justicia simulada»; con este cartelín: «¡Gracias Montoro!». Se corre el peligro de que alguien piense que cuando un inspector de Hacienda dice que las facturas de la Infanta no son falsas sino simuladas, esto vale para todos. No. La sana doctrina jurídica de la Justicia Simulada es la que los propios inspectores han explicado ante la pregunta: «¿Ustedes suelen aceptar facturas falsas como deducibles?». He aquí el Aranzadi Tributario: «Cada caso es diferente y la deducibilidad de la factura es relativa». O sea, que no hay ley para más de un contribuyente; y que el inspector considerará deducible lo que le dé la Real Gana. Lástima que los impuestos para el vulgo no sean simulados, como la Justicia.